En 2025, el mercado del oro continuó su fuerte impulso en los últimos años, con precios que alcanzaron repetidamente nuevos máximos. A partir del 27 de mayo, el precio internacional del oro ha superado los $3,300 por onza, desencadenando amplias discusiones en el mercado sobre las tendencias futuras. Este artículo combinará la macroeconomía, la geopolítica y la oferta y demanda del mercado para analizar los factores impulsadores centrales y las tendencias futuras de los precios del oro en 2025, proporcionando referencia para los inversores.
Múltiples instituciones autorizadas son optimistas sobre el precio del oro en 2025, pero existen diferencias significativas en el rango de pronóstico, lo que refleja las expectativas complejas del mercado sobre los factores de riesgo:
Vale la pena señalar que la volatilidad del oro ha aumentado significativamente. En el primer trimestre de 2025, el precio promedio del oro de Londres se disparó un 38% interanual, pero la amplitud diaria a menudo supera los $100 por onza, lo que resalta el alto nivel de sensibilidad del mercado.
La fluctuación de los precios del oro es el resultado de una combinación de múltiples factores, y las siguientes tres fuerzas principales son particularmente cruciales para el año 2025:
Las expectativas de recorte de tasas de la Fed son la lógica principal del mercado en la actualidad. Si la persistencia de la inflación en EE. UU. continúa y los datos económicos siguen siendo débiles, la posibilidad de tres recortes de tasas dentro del año aumentará la atractividad del oro. Los datos históricos muestran que el oro está correlacionado negativamente con las tasas de interés reales de EE. UU., con precios del oro que aumentan un promedio del 1.5% por cada caída del 1% en el índice del dólar estadounidense. Además, las políticas laxas en la Eurozona y Japón pueden debilitar aún más al dólar estadounidense, brindando un apoyo adicional al oro.
El conflicto entre Rusia y Ucrania, la situación en Oriente Medio y la incertidumbre política provocada por las elecciones en EE. UU. continúan estimulando la entrada de fondos de refugio en el oro. En el primer trimestre de 2025, la entrada mundial de oro en los ETF se disparó un 170% interanual, alcanzando un nuevo máximo desde 2022. Al mismo tiempo, los bancos centrales de muchos países están acelerando la ‘desdolarización’, con compras de oro de bancos centrales que alcanzaron las 1.045 toneladas en 2024, y esta tendencia podría continuar en 2025.
En el lado de la oferta, el crecimiento de la producción de oro está limitado por las políticas medioambientales y el aumento de los costos mineros, lo que lleva a una reducción en la producción en algunas áreas mineras. En el lado de la demanda, la demanda de inversión (especialmente ETF y lingotes de oro) representa una proporción creciente del 45%, mientras que el consumo de joyería de oro disminuyó un 19% interanual debido a los altos precios. La demanda industrial permanece estable debido a la expansión de la inteligencia artificial y la industria electrónica, pero las políticas arancelarias pueden traer incertidumbre.
Ante un mercado altamente volátil, los inversores necesitan elegir una estrategia que se adapte a sus propios objetivos:
En 2025, el mercado del oro sigue en un mercado alcista estructural impulsado por la ‘aversion al riesgo + política monetaria laxa’. Aunque es difícil evitar las fluctuaciones a corto plazo, los tres pilares de las compras de oro de los bancos centrales, la debilidad del dólar estadounidense y los riesgos geopolíticos siguen inquebrantables. Para los inversores, es necesario monitorear de cerca la senda de la política de la Reserva Federal y los datos macroeconómicos globales, y ajustar sus posiciones de manera flexible.