Algunas personas no tienen obsesiones, ven los problemas enfocándose en la verdad, en lugar de ser impulsados por el deseo. Cuanto más fuerte es el deseo de una persona, más pobre es; incluso si tiene dinero por un tiempo, eventualmente terminará en la ruina. Muchas personas fantasean con que sus inversiones se multiplicarán por diez, por lo que aumentan ciegamente sus apuestas e incluso utilizan apalancamiento, resultando en pérdidas devastadoras, porque la realidad no se desarrolla según los deseos. El verdadero nivel de riqueza es: incluso si se gana cincuenta millones o cincuenta mil millones, hay que ver claramente la esencia de las cosas y deshacerse del ego y la avaricia. Cuanto más débil es el ego, menos obstáculos hay para ver la verdad. Buffett, que claramente es el hombre más rico del mundo, ha vivido durante décadas en la misma casa, conduce un coche viejo y trabaja en una ciudad pequeña, sin buscar lujos, porque no tiene deseos. Su felicidad proviene de entender las leyes del dinero, no de gastar. Las personas con deseos son fácilmente engañadas, manipuladas por el capital y las instituciones; quienes entienden la esencia del dinero pueden dominarlo, viendo ganar dinero como un juego, no como un medio para satisfacer la vanidad. Ver claramente que el dinero es esencialmente una herramienta y lograr "sin deseos" es el más alto nivel de riqueza.
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Algunas personas no tienen obsesiones, ven los problemas enfocándose en la verdad, en lugar de ser impulsados por el deseo. Cuanto más fuerte es el deseo de una persona, más pobre es; incluso si tiene dinero por un tiempo, eventualmente terminará en la ruina. Muchas personas fantasean con que sus inversiones se multiplicarán por diez, por lo que aumentan ciegamente sus apuestas e incluso utilizan apalancamiento, resultando en pérdidas devastadoras, porque la realidad no se desarrolla según los deseos. El verdadero nivel de riqueza es: incluso si se gana cincuenta millones o cincuenta mil millones, hay que ver claramente la esencia de las cosas y deshacerse del ego y la avaricia. Cuanto más débil es el ego, menos obstáculos hay para ver la verdad. Buffett, que claramente es el hombre más rico del mundo, ha vivido durante décadas en la misma casa, conduce un coche viejo y trabaja en una ciudad pequeña, sin buscar lujos, porque no tiene deseos. Su felicidad proviene de entender las leyes del dinero, no de gastar. Las personas con deseos son fácilmente engañadas, manipuladas por el capital y las instituciones; quienes entienden la esencia del dinero pueden dominarlo, viendo ganar dinero como un juego, no como un medio para satisfacer la vanidad. Ver claramente que el dinero es esencialmente una herramienta y lograr "sin deseos" es el más alto nivel de riqueza.